El portavoz del BNG, Francisco Jorquera, acusó a José Luis Rodríguez Zapatero de "encerrar en el baúl de los recuerdos el discurso de la España plural". Rosa Díez (UPyD) le imputó "corrupción política de las instituciones" y "desacato" y le reprochó que rompa la unidad de España.
Y en medio, el jefe del Ejecutivo hizo una defensa cerrada de la sentencia del Tribunal Constitucional que José Montilla, presidente de la Generalitat, y su partido en Cataluña consideran una afrenta.
Zapatero hizo exégesis de la resolución, para defender su contenido, especialmente, en lo que se refiere a los límites que establece a la palabra nación, incluida en el preámbulo del Estatuto. Según dijo, se trata de "adecuar jurídicamente lo que significa ese concepto".
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"Lo que ha dicho el Grupo Socialista sobre el concepto de nación jurídico-constitucional en el debate y sobre el concepto de nación histórico, sociológico, cultural y político, es lo mismo que dice el Tribunal Constitucional, es lo mismo que dijo don Artur Mas cuando presentó aquí en su día el Estatut de Catalunya: la nación jurídico-constitucional que reconoce la Constitución es solo la nación española", aseguró.
Su tesis es que eso no impide que "en términos políticos, sociológicos o históricos, se pueda hablar de nación y que algunas comunidades se refieran, sin valor jurídico, sino como expresión de un sentimiento, de su visión de la historia, de la interpretación de lo que son como comunidad".
Pese a todo, pidió respeto a quienes en Cataluña se sienten una nación y de forma gráfica añadió que "les podemos tapar la boca, pero como eso en democracia no parece que se pueda hacer, tenemos que respetar y limitar jurídicamente el alcance de esa realidad. Eso es lo que hace la sentencia". Concluyó que la sentencia consolida la España plural y es posible recuperar en leyes orgánicas lo que el alto tribunal dice que hay que regular con ese rango normativo, por ejemplo los consejos de Justicia autonómicos.