La muerte de Esmail Lamraouna se queda, al menos de momento, sin resolver. Era de Marruecos. Era travestido. Su cuerpo fue encontrado el lunes 23 de marzo de 2009, en un camino de Aldaia (Valencia), cerca de una planta de residuos, rodeado de huertos. Tenía heridas de arma blanca. Lo tiraron de un coche y lo quemaron. Ofrecía sus servicios sexuales en el parque situado detrás del hospital La Fe, junto al Instituto Valenciano de Oncología.
La Guardia Civil se sirvió de los testimonios de algunos de sus compañeros de la noche para reconstruir lo que pudieron ser sus últimas horas. Hubo cuatro detenidos que solo estuvieron un mes en prisión. Se interrogó a sus compañeros de piso, al portero de una discoteca con el que había tenido pocos días antes una discusión tan fuerte que fue denunciado. Los investigadores llegaron a tener claro que la noche del sábado al domingo, Esmail se fue con varios hombres, que la fiesta duró hasta pasada la medianoche del domingo. Pero, ¿con quién o quiénes se fue? ¿Qué pasó? Sigue siendo un misterio.
Ahora, el juzgado de Torrent que lleva la causa propone el archivo de la causa porque no se ha encontrado al culpable. Y la fiscalía informa favorablemente. Pide que se levanten las medidas cautelares y la imputación para los cuatro que fueron detenidos. Uno de ellos, no obstante, debe seguir yendo al juzgado a firmar cada día, entre otras cosas porque se solicita que se le investigue por falsedad documental. La fiscal, en su escrito, da vía libre a la petición de que Esmail Lamraouna, de origen humilde, de familia numerosa, de carácter fuerte, sobre todo cuando bebía, sea enterrado en Marruecos.