Faltan dos meses para las elecciones, y los posicionamientos de PSC y ERC para acercarse a su electorado (los socialistas huyendo del independentismo y los republicanos radicalizando su discurso nacional) han acabado por desembocar en el enésimo rifirrafe en el Gobierno, quizás el último de esta legislatura.
El consejero de Gobernación, el republicano Jordi Ausàs, ha presentado esta tarde a bombo y platillo un acuerdo con los organizadores de la consulta soberanista de Barcelona en el que la Generalitat se comprometía a colaborar con la votación -sin validez legal alguna-, proporcionando urnas y asesoramiento de expertos en gestión electoral para que la jornada, prevista para el 10 de abril de 2011, discurra con éxito.
Montserrat Tura, consejera de Justicia y número 2 del PSC en las elecciones, ya le había alertado que la Generalitat no prestaría tal ayuda, igual que no se había implicado en ninguna de las 500 votaciones soberanistas celebradas en Cataluña.
Rubricado el acuerdo, el presidente José Montilla ha intervenido rápidamente para desautorizar públicamente a Ausàs. En un comunicado remitido por el departamento de Presidencia, Montilla aclara que ha dado instrucciones a su consejero para que no colabore con la consulta.
"El presidente de la Generalitat ha dado instrucciones esta tarde al consejero de Gobernación y Administraciones Públicas, Jordi Ausàs, de no colaborar en la organización de la consulta organizada por la Plataforma Barcelona Decideix. (...) El Gobierno no ayudará a esta consulta, que el presidente respeta como iniciativa cívica, pero que según la actual ordenación jurídica no puede tener la ayuda institucional de la Generalitat", reza el comunicado.