Dos de las víctimas del celador de Olot, Joan Vila, tenían una acumulación de medicamentos en su organismo. Así lo concluyen los resultados de los análisis del Instituto de Medicina Legal de Cataluña. En Lluís Salleras las analíticas detectan en total siete compuestos químicos distintos, en su mayoría antidepresivos y tranquilizantes, en el encéfalo y en el estómago. En Carme Vilanova, cinco fármacos que coinciden con los hallados en el cadáver de Salleras.
Las analíticas también han desvelado restos de fármacos en el cuerpo de Joan Canal y de Teresa Puig, aunque se trata de un medicamento en cada caso. "Si se confirma que hubo muertes por sobredosis, eso apoyaría la credibilidad del señor Vila", ha asegurado el abogado de la defensa, Carles Monguilod, en referencia a la confesión del celador, que se atribuyó 11 asesinatos de ancianos en La Caritat.
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Vila explicó que les había matado dándoles una sobredosis de medicamentos disueltos en agua y, en dos casos, inyectándoles insulina. Vila confesó también que a las tres últimas fallecidas (Paquita Gironès, Monsterrat Guillamet y Sabina Masllorens) les dio de beber productos cáusticos, algo que confirman los resultados de los análisis del Instituto de Medicina Legal de Girona.
Monguilod, sin embargo, ha pedido por escrito que los forenses determinen las consecuencias de la acumulación de fármacos hallados en los ancianos. "He pedido se haga un informe que indique si las dosis que presentan las analíticas son terapéuticas o son más altas y demuestran envenenamiento por medicamentes".