Han pasado cuatro días y ya era hora de irse a casa. Carla Bruni-Sarkozy, primera dama de Francia, ha abandonado este mediodía la clínica parisina de La Muette, donde dio a luz el pasado miércoles a Giulia, la que es su primera hija con el presidente de Francia, Nicolas Sarkozy.
Sin embargo, el mandatario, que sí estuvo con Bruni en sus primeras horas en la clínica, no acompañó a su esposa a la salida del centro hospitalario. Se encuentra de viaje en Bruselas, celebrando la Cumbre Europea junto a otros jefes de Estado de la Unión. Allí la canciller alemana, Angela Merkel, le ha regalado un peluche para la pequeña, según informaron a la agencia Efe fuentes diplomáticas.
La que sí estuvo junto a la exmodelo y cantante, de 43 años, fue su madre, Marisa Borini, que ha acompañado a Carla desde el primer día en el que ingresó en el hospital. Además, también han visitado a Giulia sus hermanos: Pierre Sarkozy, de 26 años, y Jean, de 24, junto a su esposa, Jessica Sebaoun-Darty. Además, también ha pasado por allí Aurelien, el hijo mayor de Bruni, fruto de su relación con el filósofo Raphael Enthoven.
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Bruni se ha dejado ver a la salida de la clínica, pero no ha posado junto a su hija, como ya lo advirtió. Solo ha podido ser fotografiada con gafas de sol, un abrigo negro y holgado y el pelo tapándole la cara. Su hija también iba protegida con una mantita oscura, por lo que tampoco se la ha podido ver. Ella misma ha afirmado en varias ocasiones que no pondrá a su hija bajo los focos de la atención mediática.