Las autoridades policiales han retomado esta tarde el control de las 29 cárceles brasileñas donde unos 25.000 presos se amotinaron el domingo e hicieron rehenes a unas 7.000 personas, entre ellas 1.700 niños y cientos de mujeres, en la mayor revuelta de ese tipo registrada en el país, según han informado hoy fuentes oficiales.
Los motines se iniciaron ayer de forma sincronizada en 29 penales de 19 ciudades, organizados por una banda mafiosa de narcotraficantes llamada Primer Comando de la capital (PCC).
Un portavoz del cuartel general de la Policía Militar, lugar desde donde se han dirigido las acciones, ha confirmado la noticia: "Terminaron los motines y la policía está haciendo una operación de barrido para retirar las armas que tenían los presos".
Según el portavoz policial, antes del ingreso de la policía en las cárceles,los presos han dejado salir a las miles de personas que retenían, en su mayoría familiares que realizaban la visita dominical.
Tras 24 horas de rebeliones, la cifra total de muertos han ascendido a 12, en tanto que cuatro policías han sufrido heridas de bala.