Mientras tanto, el presidente del país, Abdurrahman Wahid, de viaje oficial por Oriente Próximo y el norte de Africa, califica de exageradas las noticias sobre lo que califica de incidentes.
Los dayaks (conocidos como cortadores de cabezas) iniciaron hace ocho días la persecución de los refugiados procedentes de la isla de Madura.
Esta última matanza tenía lugar cerca de la localidad de Sampit, a unos 700 kilómetros de Yakarta. Los dayaks habían establecido controles en las carreteras, y habían anunciado a los periodistas que matarían a todos los madurenses que las transitaran.
El Ejército indonesio ha enviado refuerzos a la zona, pero por el momento parece imposible frenar un estallido de violencia que comenzó el pasado 18 de febrero.