Tras ese comunicado de Mori, la mayoría de la prensa y de la clase política de Japón coincidían en señalar que el dirigente del país abandonaría de forma inminente. El presidente de su formación (el PLD), la mayor fuerza política nipona en los últimos 50 años, es habitualmente el primer ministro por el lugar preponderante que el partido ocupa en Japón.
Pero ahora, Mori dice que hoy en día no excluye una candidatura a su propia sucesión. "Debo escuchar las opiniones en el interior y en el exterior del partido y si alguien me recomienda presentarme, estudiaré esa posibilidad", manifiesta el mandatario, que dice que hasta ahora nada ni nadie le arrastran a tomar la decisión de dimitir.
Mori se ha convertido en uno de los primeros ministros más impopulares de la posguerra, con un índice de respaldo inferior al 10%, según los últimos sondeos.
La incertidumbre política arrastra a la bolsa nipona
Antes de conocerse las declaraciones hechas hoy por Yoshiro Mori, la bolsa de Tokio sufría al abrir su sesión fuertes presiones de venta y caída del Nikkei en un 11,7%. Los índices negativos reflejaban la confusión política, ya que tras ese supuesto anuncio de dimisión del dirigente, al día de hoy no hay figuras políticas que destaquen para sucederle en su capacidad de asumir el liderazgo del país, que necesita restablecer la fortaleza económica.