En contrapartida al apoyo de Europa para adaptar sus estructuras económicas y comerciales, el presidente ruso se ha comprometido en su primera participación en una cumbre comunitaria a proseguir con las reformas en curso y a tener en cuenta las exigencias planteadas por la Comisión Europea para la adhesión de su país a la OMC (Organización Mundial de Comercio) y a promoverlas en el Parlamento ruso.
En este sentido el mandatario ruso ha pedido a los líderes occidentales que traten a Rusia "en pie de igualdad" para poder ingresar en la OMC y que no le exijan hacer más que a los demás países. También ha reclamado a la UE que elimine las medidas anti-dumping contra las exportaciones rusas que han supuesto pérdidas de 2,5 millardos de dólares en los últimos años.
Los Quince, por su parte, han acordado que el Banco Europeo de Inversiones concederá, bajo ciertas condiciones, créditos a Rusia para proyectos muy concretos en el ámbito medioambiental sobre todo y de beneficio mutuo.
Chechenia y Macedonia
El presidente ruso ha comparado el conflicto de Macedonia, uno de los asuntos a tratar en la cumbre, con el de Chechenia y ha subrayado que los que atacan esa república ex yugoslava no son insurgentes, sino "terroristas", como en la república separatista rusa.
"No son insurgentes" -en alusión a los extremistas albaneses- que hostigan Macedonia, "sino terroristas y no se ha hecho nada para desarmarles". "Esto crea condiciones de desestabilización en Europa, en su propio corazón", ha subrayado.
"Ahora", ha dicho el dirigente del Kremlin "interpreten ustedes si Rusia tuvo o no razón al actuar de forma tan firme en la lucha contra el terrorismo".