Las nuevas batallas surgen un día después de que el gobierno a todos los efectos cantase la victoria tras la gran ofensiva que desarrolló el domingo pasado, en esta misma zona además de en las cercanías de la segunda ciudad del país, Tétovo.
El propio presidente de Macedonia, Boris Trajkovski, afirmó ayer que se estaba ante "una victoria de todos los albaneses, de la etnia que sea".
El portavoz del gobierno, Antonio Milososki, explicó, después de que la prensa pudiera comprobar ayer que los rebeldes habían abandonado casi todas sus posiciones frente a Tétovo, que la crisis había terminado, y que "se espera que deje sólo una pequeña cicatriz".
El mismo portavoz dijo que "los datos indican que muy pronto volverá la vida normal y podremos continuar el diálogo político".
En un control de la policía, en un camino en la sierra que conduce al pueblo de Brest, un agente con chaleco antibalas, después de consultar por radio, ha informado de que era imposible seguir hacia Brest "porque allí está el UCK", el Ejército de Liberación Nacional de los rebeldes albaneses.
Solana forma un equipo mediador
El encargado de la política exterior y de seguridad de la Unión Europea, Javier Solana, ha anunciado en Bruselas, un día después de hacer una visita relámpago a Tétovo y Skopje, la formación de un equipo para dirigir el proceso de negociaciones entre el gobierno de Macedonia y la nutrida comunidad albanesa, que supone un tercio de los 2 millones de habitantes del país.
Las fuerzas gubernamentales emplearon helicópteros, carros de combate y morteros en sus ataques contra las posiciones de los insurgentes, según testigos.
Fue en esta zona de la cordillera de "las montañas negras de Skopje" frente a la frontera con Kosovo y con la "zona tampón" de Serbia, donde el "Ejército de Liberación Nacional" (UCK) se dio a conocer hace unas seis semanas, con atentados contra guardafronteras y policías.
Desde entonces, más de 20.000 personas han huido de Macedonia, según la Alta Comisaria de la ONU para los Refugiados (ACNUR), que no dispone de cifras sobre el número de personas que han tenido que abandonar sus hogares pero que no han salida del pais.
Unos 8.000 refugiados han ido a Kosovo, un número comparable a Turquía, a través de Bulgaria, y el resto a Albania u otros países vecinos.
Los que van a Kosovo tienen que dar toda una vuelta por Albania para entrar en el sur de la provincia serbia, desde hace casi dos años bajo la administración de la comunidad internacional.
La KFOR, a instancias del gobierno macedonio, ha intensificado sus patrullas en Kosovo frente a la frontera macedonia, e incluso ha logrado, por primera vez, capturar a presuntos guerrilleros. Se trata de unos 80 hombres que entraron en Kosovo desde Macedonia, a la altura de Tétovo, tras la ofensiva del domingo pasado, vestidos de civiles y acompañados por refugiados.
El gobierno, que cree que los rebeldes se han infiltrado en Macedonia desde Kosovo y reciben de allí sus armas y provisiones, no ha ocultado su malestar ante lo que ha visto como una actuación muy poco contundente por parte de la KFOR.
El secretario general de la OTAN, George Robertson, visitó el lunes Skopje para asegurar al presidente Trajkovski de que la KFOR iba a intentar "impermeabilizar" la frontera.