Belfast ha vivido su tercera noche de violencia. La Policía ha sido atacada con piedras, cócteles mólotov, cohetes y otros proyectiles por varios grupos de jóvenes y se han escuchado numerosos disparos por tercera noche consecutiva en el norte de la ciudad, mientras las conversaciones de paz mantenidas a lo largo del día quedaron paralizadas.
"Esto empieza a calentarse", declaró un portavoz de la Policía, refiriéndose a las conversaciones de Paz entre Londres, Dublin y los principales diputados norirlandeses, que se reunieron ayer viernes en Belfast, David Trimble, líder del partido unionista del Ulster (UUF, moderado), remarcó su pesimismo.
MÁS INFORMACIÓN
Se reanudan, de este modo, los disturbios de la noche del viernes en los barrios populares del norte y oeste de la ciudad, según ha informado la policía noirlandesa, el Royal Ulster Constabulary (RUC). Como medida preventiva de nuevos disturbios durante la temporada de los desfiles orangistas, unos 1.600 soldados adicionales a los que están estacionados en Irlanda del Norte serán enviados desde Londres a la provincia en los próximos días como medida preventiva de nuevos disturbios durante la temporada de los desfiles orangistas.
Varios centenares de policías y soldados antidisturbios estaban en alerta máxima en previsión de enfrentamientos como el de la víspera, en el que resultaron heridos 44 personas, entre ellas 39 policías.
En el norte, auténtico mosaico de enclaves católicos y protestantes, las fuerzas de seguridad habían establecido controles en todas las intersecciones de calles. Sin embargo, no han logrado evitar los choques y enfrentamientos.
Barricadas, piedras y artefactos incendiarios
El RUC, apoyado por el Ejército británico, ha recibido una lluvia de cócteles molotov, cohetes, piedras y botellas cuando trataba de separar a los beligerantes, en la frontera del feudo católico de Ardoyne y el enclave protestante de Glenbreyn, en el norte de Belfast.
Seis de los agentes heridos han sido víctimas de un ataque con una bomba en la calle de Alliance Avenue de Belfast. Varios jóvenes han levantado barricadas en la calle de Crumlin Road a las que luego han prendido fuego. Además, han lanzado piedras contra la policía y han incendiado automóviles.
Asimismo, se han registrado incidentes en la calle de Springfield Road del oeste de Belfast, donde dos personas han resultados heridas y han tenido que ser trasladadas al hospital.
Anteriormente, cinco familias protestantes se han visto obligadas a salir de la calle de Alliance Avenue del norte de Belfast huyendo de los enfrentamientos.
Tres personas han sido detenidas por alteración del orden público.
Según la policía, el estallido de violencia se ha producido a media tarde, tras el lanzamiento de una bomba casera contra una casa católica en el norte de Belfast. Este ataque ha provocado el caos en las calles de Crumlin Road y Ardoyne, donde se han iniciado los choques violentos que se han extendido a otras zonas de la ciudad.
Los paramilitares protestantes se han sumado a los disturbios y han disparado contra la policía con armas
automáticas en nueve ocasiones, aunque sin causar heridos.
Además, la escuela católica de Lady of Mercy, situada en la frontera del bastión protestante de Ballysillan (norte), ha sufrido un incendio provocado, según la policía.
El diputado a la asamblea autónoma norirlandesa Billy Hutchinson, del Partido Progresista Unionista (PUP, brazo político del grupo paramilitar protestante Fuerza Voluntaria del Ulster), ha denunciado que resultó herido por la Policía cuando los agentes cargaron contra los alborotadores pro británicos.
"Los oficiales de la policía tiraban a la gente al suelo con sus porras y escudos y yo me tuve que levantar y echar a correr", ha relatado Hutchinson, quien afirma que presentará una denuncia por maltrato.
La tensión entre ambos bandos se ha ido intensificando desde que el pasado martes militantes protestantes apedrearon a un matrimonio que fue a buscar a sus hijos a la escuela primaria católica de la Santa Cruz, en Ardoyne, que tras el incidente ha permanecido cerrada 24 horas.
La creciente tensión en Irlanda del Norte tiene como telón de fondo el estancamiento del proceso de paz, la amenaza de dimisión del líder unionista y ministro principal de la provincia, David Trimble, y la proximidad de los conflictivos desfiles orangistas, que tradicionalmente se celebran en julio.