George W. Bush ha puesto hoy su rúbrica a las dos leyes con las que el Congreso estadounidense ha respondido a los ataques terroristas del 11 de septiembre. La primera de ellas autoriza al presidente a utilizar la fuerza militar para castigar a los culpables. La segunda asigna 40.000 millones de dólares para las tareas de reconstrucción en Nueva York y Washington.
En su comparecencia tras la firma de ambas leyes, Bush ha segurado que "todo nuestro país está inalterablemente comprometido con aplicar una respuesta enérgica y total ante estos ataques terroristas y contra el flagelo del terrorismo dirigido contra Estados Unidos".
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El presidente de los Estados Unidos ha agradecido a a la Cámara de Representantes y al Senado el haberle otorgado los poderes para librar la guerra contra el terrorismo y contra Osama bin Laden, a quien considera como el presunto cerebro de esos ataques.
De todos modos, Bush ha aclarado que, pese a que tiene una amplia luz verde para poner en marcha la campaña, continuará consultando al Congreso a medida que se vaya planificando la respuesta militar.
Bush también ha promulgado una ley que acelera el pago de beneficios a los familiares de bomberos y policías que perecieron o resultaron heridos cuando los dos aviones secuestrados fueron lanzados contra las Torres Gemelas del World Trade Center en Nueva York. La medida también beneficiará a familiares de víctimas fatales y heridos en el Pentágono.