Estados Unidos controlará a partir de ahora los movimientos en el interior de Afganistán y lo hará a través de un satélite espía que ha sido puesto en órbita hoy. Así, con el KH-11 el Pentágono podrá observar tanto el desplazamiento de afganos que huyen de una inminente guerra como de cualquier movimiento en el interior del país.
El cohete Titán-IVB ha sido lanzado desde la base Vandenberg de la Fuerza Aérea en California con una carga de la Oficina Nacional de Reconocimiento del Departamento de Defensa, una dependencia secreta especializada en la recolección de datos electrónicos.
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El lanzamiento de este satélite, con capacidad para fotografiar el suelo terrestre con gran precisión, ya estaba previsto para antes del pasado 11 de septiembre, pero tuvo que ser aplazado varias veces debido a problemas técnicos.
Aunque el Pentágono no ha ofrecido detalles sobre la naturaleza del satélite, la revista Aviation Week and Space Technology ha asegurado esta semana que el aparato tiene capacidad para captar pequeños grupos de afganos y sus campamentos.
Una información que podría ser utilizada tanto para observar el desplazamiento de grupos en el territorio afgano como el movimiento de refugiados que huyen ante la inminencia de un ataque de represalia por los atentados del pasado 11 de septiembre.
El aparato pertenece a la Oficina de Inspección Nacional de los Estados Unidos, una agencia encargada de tomar fotografías del suelo terrestre, destinadas principalmente para la CIA.