Los centros de votación instalados para la celebración de las elecciones legislativas de Argentina han cerrado sus puertas y se ha dado comienzo al escrutinio. En estos comicios se renueva la mitad de la Cámara de Diputados, donde la coalición gobernante tiene la primera minoría, y la totalidad del Senado, controlado ahora por la oposición peronista.
La campaña se ha desarrollado entre la apatía general de unos electores preocupados principalmente por la grave situación económica que atraviesa el país.
Unos 90.000 efectivos militares y policiales han sido movilizados para custodiar los 13.687 lugares de votación en este primer examen electoral al que debe enfrentarse el presidente Fernando De la Rúa 22 meses después del inicio de su gestión.
La votación se ha desarrollado con una normalidad casi absoluta en todo el país, con incidentes muy aislados pero con una afluencia a las urnas menor a anteriores ocasiones, según las autoridades electorales. A la mitad de la jornada, los datos oficiales indicaban que sólo había acudido a las urnas en la capital argentina el 31% de los electores, mientras en la provincia de Buenos Aires, la mayor del país, la concurrencia alcanzaba el 18%.
Los índices más bajos se registraban en la provincia norteña de Jujuy, en la que sólo un 17% de los electores había depositado su voto antes de las 12.00 hora local y la afluencia mayor se registraba en Santiago del Estero, centro del país, con el 40%.
Los únicos incidentes graves se han registrado cuando un joven de 19 años ha pretendido robar una urna, si bien ha sido detenido, y los golpes que ha recibido uno de los interventores de la minúscula Democracia Cristiana argentina de parte de representantes de otros partidos.
Voto directo por primera vez
Los 24.989.679 ciudadanos de entre 18 y 70 años habilitados para sufragar designarán, por primera vez por voto directo, los 72 miembros del Senado de la Nación, a razón de tres por cada uno de los 24 distritos.
También se elegirán 129 de los 257 integrantes de la Cámara de Diputados de la Nación y alrededor de otros 2.000 cargos para renovar la mitad de las legislaturas provinciales y de los concejos deliberantes municipales.
El partido que logre más sufragios en cada distrito obtendrá dos escaños en el Senado nacional y el restante será para el segundo, mientras los otros cargos se distribuirán proporcionalmente, a partir del 3% de los votos válidos.