El secretario de Defensa de EE UU, Donald Rumsfeld, ha asegurado que el ciudadano estadounidense que combatió en las filas talibanes, John Walker Lindh, "contará con todas las protecciones legales a las que tiene derecho". Según la Constitución de Estados Unidos, para acusar de traición a Walker Lindh sería necesario contar con dos testigos que afirmaran su culpabilidad, algo que no es posible.
El detenido, de 20 años, tampoco puede ser juzgado por un tribunal militar de excepción, ya que el decreto presidencial que creó esta medida limitó su aplicación a los ciudadanos extranjeros.
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John Walker Lindh se convirtió al Islam con tan sólo 16 años y, a los 18, viajó a Yemen para estudiar árabe. El siguiente paso fue viajar a Pakistán para estudiar el Corán en una escuela teológica e ingresó en las filas talibanes.
La Alianza del Norte acabó capturando a Walker Lindh junto a varios talibanes en el motín de la prisión de Qalae Jangi, junto a la ciudad de Mazar-i-Sharif. Después fue entregado a las autoridades militares estadounidenses.