Karzai descarta ahora motivos políticos en el asesinato de su ministro de Transportes

El asesinato el pasado jueves del ministro de Transporte de Afganistán, Abdul Rahmán, sigue sin aclararse. Esta mañana, en una rueda de prensa, el presidente interino del país, Hamid Karzai, ha aumentado el misterio en torno al caso al asegurar que no hubo "motivaciones políticas" en el crimen. El viernes, el propio Karzai había acusado a sus servicios secretos de la muerte.

La primera versión ofrecida por el Gobierno afgano sobre el crimen fue aún más rocambolesca. El mismo jueves se informó de que Rahmán había muerto en el aeropuerto de Kabul golpeado por una turbamulta enfurecida por el retraso de los vuelos en los que pensaban emprender su peregrinación a La Meca.

Ahora parece que ni siquiera es unánime la tesis del asesinato: algunos testigos afirmaron ayer que el ministro se desmayó en el interior de un avión en el que pretendía volar para recibir asistencia por una enfermedad que padecía.

Varias detenciones

En cualquier caso, Karzai ha asegurado en la rueda de prensa ofrecida hoy en Kabul que varios de los autores del asesinato ya han sido detenidos, mientras que el resto está en proceso de arresto. Todos ellos, añadió, serán puestos a disposición de la Justicia y, en consecuencia, juzgados por el asesinato.

El líder pastún ha añadido que este incidente "no debe ser relacionado con la situación general en Afganistán".

Por lo que respecta a la Fuerza Internacional de Paz que opera en Kabul (ISAF) y en sus alrededores, y que ayer recibió su bautismo de fuego en un incidente que dejó un muerto y cinco heridos, el presidente del Gobierno interino afgano ha manifestado su intención de pedir una ampliación de su mandato "si a Afganistán no se le permite vivir en paz".

Karzai no ha precisado qué modificaciones reclamará llegado el caso al mandato de la ISAF. "Si determinamos que se necesita un papel mayor de la ISAF, entonces lo pediremos", ha añadido el presidente del Gobienro interino.