Un grupo de aviones estadounidenses continúa hoy, por quinto día consecutivo, sus bombardeos contra las posiciones de militantes de Al Qaeda y de los talibanes en la provincia oriental afgana de Paktya.
Las colinas de Arma, a unos 40 kilómetros de Gardez, la capital de Paktya, donde se presume que cientos o quizá miles de militantes de Al Qaeda y de la milicia integrista que gobernaba el país están atrincherados en una red de cuevas y bunkers naturales, ha vuelto a ser blanco de las bombas del Ejército estadounidense.
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A primera hora de la mañana, aviones de guerra sobrevolaban la zona de combate y volvían a castigar las bolsas donde los rebeldes resisten la ofensiva de las fuerzas aliadas y combatientes afganos.
La operación Anaconda, en la que participan 2.000 soldados, casi todos ellos estadounidenses y combatientes afganos, fue lanzada el pasado viernes por la noche y en ella, las tropas de Estados Unidos han sufrido el mayor revés militar desde que comenzaron sus ataques contra la red de Osama Bin Laden, el pasado 7 de octubre.
Ocho soldados estadounidenses han muerto en la ofensiva, siete de ellos el lunes cuando los rebeldes derribaron un helicóptero y otro fue alcanzado por el fuego enemigo.