El Gobierno de Pakistán ha probado esta madrugada con éxito el Ghaznavi de tipo Hatf-3, un misil balístico de corto alcance tierra-tierra, según ha informado el Gobierno mediante un comunicado leído en la televisión estatal. La prueba, la segunda de estas características en 24 horas tras el lanzamiento ayer del Hatf-5 que fue reprobado por la comunidad internacional con EE UU y Rusia a la cabeza, ha provocado una airada respuesta india, que ha pedido a "la comunidad internacional que entienda que la paciencia india tiene un límite".
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"Ésta ha sido la primera prueba del misil Ghaznavi de la serie Hatf, capaz de transportar ojivas nucleares con precisión a una distancia de 290 kilómetros", ha añadido la televisión estatal. Ayer sábado, Pakistán lanzó con éxito el misil de alcance medio Ghauri, capaz de alcanzar objetivos a 1.500 kilómetros de distancia con cabezas nucleares o convencionales de 700 kilos.
"Extremadamente explosiva"
Estos ensayos militares, que forman parte de una serie de pruebas previstas por Pakistán entre el 25 y 28 de mayo, se producen en plena la escalada de tensión entre India y Pakistán, con cerca de un millón de soldados desplegados a ambos lados de la disputada región de Cachemira, que ha colocado a ambos países al borde de librar la cuarta guerra desde su independencia en 1947.
De hecho, en una entrevista que publica hoy el diario The Washington Post, el presidente paquistaní, Pervez Musharraf, ha reconocido que la situación es "tensa, seria y extremadamente explosiva" y que las relaciones entre Islamabad y Nueva Delhi se han dañado hasta tal punto que existe un "serio" peligro de guerra, al tiempo que ha acusado a India de desestabilizar a Pakistán.
La primera reacción india a esta segunda prueba, que los analistas interpretan como una demostración de fuerza disuasoria, ha sido idéntica a la de ayer. "No nos impresiona en absoluto, no son más que una trama destinada a la opinión pública paquistaní que demuestra cierto nerviosismo", ha señalado el Ministerio indio de Defensa.
La "paciencia" india
Sin embargo, el primer ministro indio, Atal Bihari Vajpayee, se ha reunido esta mañana en Manali con su ministro de Defensa, George Fernandes y su consejero de Seguridad Nacional, Brajesh Mishra, para estudiar la tensión creciente.
Tras la entrevista, el primer ministro indio ha señalado que "la comunidad internacional tiene que entender que la paciencia india con Pakistán tiene un límite y se está perdiendo". Para el mandatario, "India debería haber respondido a Pakistán en diciembre", cuando se produjo el sangriento asalto al Parlamento federal indio, germen de la actual crisis y del que Nueva Delhi acusa a Islamabad.
En este sentido, Vajpayee ha recordado que, a pesar de haber reiterado que las pruebas nada tienen que ver con la actual situación, Pakistán se jacta de tener misiles que alcanzan los 2.500 kilómetros, la distancia que separa ambos países.
Y, subiendo un peldaño en el tono bélico que caracteriza el discurso indio en los últimos días, el primer ministro ha pedido "unidad" a sus conciudadanos para defenderse y lograr la "victoria contra el terrorismo".
Las "serias reservas" de EE UU
En una muestra más de la preocupación internacional por lo que está ocurriendo en la zona, el presidente estadounidense, George W.Bush, ha expresado de nuevo hoy "sus serias reservas" sobre la nueva prueba de misil paquistaní, pero ha pedido que no sea considerado por India "como una provocacion".
Además, se ha mostrado dispuesto a mediar para buscar una salida y evitar una guerra "de consecuencias impredecibles". En todo caso, Francia se ha convertido hoy en el segundo país tras Gran Bretaña en retirar a su cuerpo diplomático como medida de prevención.
Mientras tanto, la tensión en la frontera se cobró anoche nuevas víctimas. Cinco civiles indios, entre ellos dos niños y una mujer, murieron y otros ocho resultaron heridos por fuego de infantería paquistaní en Cachemira, lo que eleva a 41 (26 paquistaníes y 15 indios) el número de muertos en diez días en ambos lados de Cachemira. Además, se han producido intensos disparos durante toda la noche junto a la línea de control.