Tres militares de Estados Unidos han fallecido en Afganistán en un accidente sufrido por un avión MC-130 de operaciones especiales perteneciente a las Fuerzas Aéreas estadounidenses, según ha informado el Comando Central estadounidense, con base en Tampa (Florida). Las otras siete personas que viajaban a bordo de la aeronave han sobrevivido, aunque han sufrido diversas fracturas, heridas y contusiones que han obligado a su hospitalización.
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El Pentágono ha explicado por medio de un comunicado que el avión se estrelló nada más despegar, por lo que en principio descarta que el siniestro se deba a una acción bélica. A falta de que la investigación del suceso arroje más datos, se cree que lo ocurrido ha podido ser un mero accidente sin implicación de terceros. A bordo del avión viajaban siete tripulantes de la Fuerza Aérea de EE UU, y otros tres pasajeros, ha indicado el Comando Central.
Los grupos de búsqueda y rescate que han rastreado la zona del accidente (ocurrido a unos 50 kilómetros al sudoeste de la ciudad de Gardez, cercana a Kabul, la capital) ya han recuperado los restos de los fallecidos. Las siete personas rescatas con vida han sido trasladadas en helicóptero a un hospital de Kandahar, donde están siendo tratados de las fracturas, cortes y magulladuras que han sufrido.
Dieciocho soldados estadounidenses han perecido en accidentes de aviación en Afganistán, desde el inicio de las operaciones militares a fines del año pasado en ese país.
Los MC-130, versión modificada del Hércules C-130, se utilizan para misiones de abastecimiento de combustible en vuelo para helicópteros así como para introducir comandos en territorio enemigo debido a su capacidad de despegue y aterrizaje en pistas cortas. El aparato accidentado tiene un valor de 45 millones de dólares y fue construido por la Lockheed Martin.