El presidente estadounidense, George W. Bush, dió instrucciones a la CIA a principios de año para poner en marcha un plan global secreto para derrocar al presidente iraquí, Sadam Husein, según publica hoy el diario The Washington Post.
La ofensiva contra Sadam incluiría el aumento del apoyo a los grupos opositores iraquíes, tanto de dentro como de fuera del país, incluyendo dinero, armas, equipamiento, entrenamiento e información.
Además se planeó entrar en contacto con militares y miembros de las fuerzas de seguridad del país para minar el régimen desde el interior y fomentar el sentimiento anti-Husein en los lugares donde se detectaran bolsas de descontento popular.
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Fuerzas especiales
El proyecto preveía además la utilización de fuerzas especiales, parecidas a las que se desplegaron con éxito en Afganistán tras los atentados del 11 de septiembre. Estas fuerzas estarían autorizadas incluso a matar al propio Sadam Husein como si se tratara de un caso de legítima defensa.
La Administración, según estas fuentes, ha gastado ya millones de dólares en el programa, aunque el director de la CIA, George J. Tenet, ha comunicado a Bush que sin apoyo militar y sin un aumento de la presión diplomática y económica las posibilidades de éxito son sólo del 10 o el 20%.
La amenaza de Al Qaeda
La guerra en Afganistán no ha reducido la amenaza que supone la red terrorista Al Qaeda para Estados Unidos, e incluso habría contribuido a incrementarla. A esa conclusión llegan responsables estadounidenses en revelaciones al diario The New York Times, que hoy publica los resultados de una investigación secreta desarrollada por el Gobierno estadounidense.
El diario, citando fuentes del FBI y de la CIA, señala que la guerra en Afganistán -el país que estaba considerado como el principal refugio de Al Qaeda- probablemente dificultó los esfuerzos de EE UU contra el terrorismo, puesto que provocó la dispersión de los potenciales terroristas en una zona geográfica más extensa.
"La antigua jerarquía de Al Qaida ha dado paso a operativos que han creado alianzas con grupos militantes en países como Pakistán, Egipto y Algeria", ha señalado el diario.