La policía indonesia interroga a nueve paquistaníes en relación con el atentado en una discoteca de la isla de Bali, que causó 187 muertos, en su mayoría turistas, según han informado esta mañana fuentes oficiales. El inspector de policía Budi Setwawan ha señalado que los nueve llegaron a la isla hace dos meses y que desde entonces se dedicaron a predicar en las distintas mezquitas de Bali.
Los paquistaníes forman parte de la treintena de personas que la policía balinesa interroga en relación con la explosión de un coche bomba el sábado pasado frente a la discoteca Sari, en la ciudad balinesa de Kuta.
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El atentado fue perpetrado con un explosivo militar de tipo C4, según ha asegurado el jefe de los servicios secretos indonesios, el general Hendropriyono. El C4 es un potente explosivo plástico.
Estos interrogatorios forman parte de una gran investigación internacional llevada a cabo desde el momento del atentado. Así, equipos antiterroristas estadounidenses y australianos se encuentran ya en la isla para colaborar en las averiguaciones. También los ministros australianos de Asuntos Exteriores, Alexander Downer, y de Justicia, Cris Ellison, han llegado esta mañana a Denpasar para concretar con las autoridades indonesias el tipo de ayuda.
Tras visitar el lugar de la tragedia, Downer se ha reunido con el gobernador y los jefes de la policía de la isla para tratar sobre las pautas de la investigación destinada a esclarecer la autoría del atentado, después de que el ministro indonesio de Defensa, Matori Djalil Abdul, culpara a la organización Al Qaeda.
También George Bush ha señalado directamente al grupo terrorista supuestamente liderado por Osama bin Laden como instigador del atentado. "Tenemos que asumir que es Al Qaeda [...]. Es un ataque deliberado contra ciudadanos de países que defienden la libertad", ha sentenciado el presidente estadounidense en una improvisada comparecencia ante la prensa.
Cooperación internacional
El Gobierno estadounidense da por hecho que Al Qaeda ha emprendido una nueva ofensiva, en la que se enmarca el atentado de Bali y los ataques terroristas contra un barco francés en Yemen y contra soldados estadounidenses en el emirato de Kuwait. "Esto es una demostración de que la comunidad internacional tiene que seguir trabajando junta. La lucha contra el terrorismo va a ser larga y difícil", ha reiterado Bush.
Esta cooperación ha sido solicitada también esta mañana por el secretario general de la Organización de las Naciones Unidas, Koffi Anan, que se encuentra de visita en China. Annan, tras entrevistarse con el presidente Jiang Zemin y con el ministro de Exteriores, Tang Jiaxuan, ha solicitado una mayor cooperación internacional "contra el azote del terrorismo" y ha observado la importancia del trabajo del Consejo de Seguridad para sucesos como el ocurrido en Bali.
Otra sorpresa para EE UU
El macabro atentado de Bali volvió a pillar a contrapié a EE UU y a sus servicios de inteligencia. Aunque la Administración Bush cerró su embajada en Indonesia la víspera del primer aniversario de los atentados del 11-S, no había una alerta especial sobre la isla de Bali.
La última referencia del Departamento de Estado a este enclave turístico databa de noviembre del pasado año, cuando se emitió una nota en la que se afirmaba que "los ciudadanos extranjeros no habían sido objetivo específico de ningún grupo". Dos meses después de los atentados del 11 de septiembre, Washington aseguró que "las instalaciones turísticas funcionaban con normalidad" en Bali y que el enclave no sufría los disturbios de otras zonas de Indonesia.
El Departamento de Estado añadió que "los accidentes en motos de alquiler constituyen la principal causa de muerte y accidentes graves entre los visitantes extranjeros en Bali". Hasta el pasado sábado.