Eran inocentes, fueron retenidos sin acusaciones formales durante casi un año y les trataron "como animales". Ese horrible recuerdo se llevan de su estancia en la base militar estadounidense de Guantánamo (Cuba) los tres primeros afganos en ser liberados tras el inicio de la guerra en su país. Salieron de su encierro el domingo tras descartarse que mantuvieran vínculos con Al Qaeda, han sido repatriados ya a su país, y mañana volverán con los suyos tras once meses de pesadilla.
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El ministro afgano de Interior, Taj Mohammad Wardak, ha confirmado en una conferencia de prensa que los tres detenidos, que llegaron el domingo a Afganistán, eran "hombres libres": "ahora son nuestros invitados y mañana volverán con sus familias", ha explicado. De momento se recuperan en el hospital de Kabul.
Los arrestados, con aspecto cansado pero con aparente buena salud, han asegurado no saber nada de sus familiares desde que fueron detenidos por las tropas estadounidenses en diversos lugares de Afganistán. Dos de ellos son ancianos de cerca de 80 años -uno de ellos aseguró que tenía 105 y el otro 90, aunque, como es habitual en Afganistán carecen de certificado de nacimiento-, en tanto que el tercero ronda los 40.
Grilletes en los pies
Según los liberados, los estadounidenses les mantenían en "celdas como cajones". La nómina de humillaciones incluía interrogatorios que se prolongaban durante horas mientras permanecían con grilletes en los pies. Sin embargo, han afirmado que tenían suficiente comida, podían rezar cinco veces al día y salían dos veces a la semana de sus celdas durante 30 minutos para hacer ejercicio.
Con los tres afganos fue liberado también un talibán paquistaní, Mohammad Saghir, que regresó ya a su país donde está siendo interrogado por las autoridades. En Guantánamo continúan más de 600 prisiones de unos 40 países arrestados por las tropas estadounidenses en diversos lugares de Afganistán, a pesar de las denuncias de los grupos defensores de los derechos humanos.