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ASALTO EN MOSCÚ

Un semanario ruso acusa al Kremlim de mentir sobre el rescate en el teatro Dubrovka

Aparecen en televisión las primeras imágenes del interior del recinto en los momentos iniciales del asalto

El asalto de un comando checheno al teatro Dubrovka de Moscú y su posterior liberación por parte de las tropas rusas mantienen en vilo a toda la población rusa dos semanas después. La difusión de las primeras imágenes del interior del recinto nada más ser tomado así como las versiones de un rescate mucho más cruento de lo que dice el Kremlin pueblan los comentarios de todos los estamentos del país.

La onda expansiva del asalto se ha propagado, con guerra sin cuartel en Chechenia y presión a la prensa. Así, el semanario de investigación Versia ha salido a la calle con seis páginas sobre la crisis de los rehenes bajo un titular acusador: "Mentira". La publicación sufrió el pasado viernes por la noche la confiscación del servidor de su red informática, oficialmente a causa de un articulo de hace meses sobre corrupción, aunque el semanario lo vincula a la crisis de los rehenes.

Las revelaciones de Versia, ya adelantadas por filtraciones en otros medios, suponen una doble bomba informativa: Primero, "nuestras fuentes en el ministerio Sanidad informaron de que los muertos son más de 300" y no los 120 de las cifras oficiales. Segundo, el gas usado por las fuerzas de seguridad en el rescate "estaba calculado no para dejar inconscientes [a los terroristas y los rehenes], sino para matar".

"Tenemos fundamentos para suponer que en el asalto contra los terroristas se utilizó una sustancia tóxica de combate a base de fósforo, de acción neuroparalizante", prohibida por el Convenio sobre Armas Químicas, según Versia. La publicación atribuye el secretismo oficial tras el rescate a que de haber admitido el uso de un gas prohibido se "habría causado un daño irreparable a la imagen de Rusia", y por ello surgieron "versiones exóticas" sobre el empleo del anestésico fentanil y otras.

120 muertos

No obstante, el propio semanario considera sus revelaciones "imposibles de contrastar", y opina: "asumimos el valor de afirmar que en las condiciones dadas, las autoridades rusas no tenían otra salida que utilizar medios que realmente pudieran hacer efecto".

Mientras el número oficial de muertos subía hoy a 120, los ecos de la tragedia se extendieron al resto de Rusia, desde Chechenia con un recrudecimiento de la actividad militar hasta el centro del país, donde las fuerzas de seguridad buscaban a "terroristas ocultos".