El ultranacionalista austriaco Jörg Haider ha anunciado que esta misma noche presentará su dimisión como jefe de Gobierno del sureño Estado federado de Carintia, el único cargo político que ejercía desde que cedió la presidencia del gobernante Partido Liberal (FPÖ) en mayo de 2000.
Esta decisión es consecuencia del gran varapalo sufrido por su partido en las elecciones parlamentarias de ayer, en las que pasó en su feudo del primer al tercer puesto. Además, la debacle de su partido, el FPÖ, a nivel nacional ha resultado la mayor de la historia de una formación en Austria, al perder más de un 16%.
"Mi necesidad de política ha sido totalmente cubierta", ha afirmado Haider, para quien "cuando uno ha prestado durante tantos años un servicio de reconstrucción y luego se le presenta a uno semejante factura, entonces se debe saber qué decisión se ha de tomar".
Haider ha afirmado estar "muy afectado" por la caída de popularidad de su partido en Carintia, lo que consideró "un voto de desconfianza contra mi y mi política". "Un resultado tan horrible debe hacer reflexionar mucho", ha insistido el populista, quien ha sido calificado de "enterrador del partido" por Peter Westhentaler, hasta el pasado 8 de setiembre, en que dimitió, líder del grupo parlamentario liberal.
"13 semanas para destruirlo"
Otro miembro del partido que ha culpabilizado a Haider del desplome ultranacionalista ha sido la vicecanciller saliente y ex presidenta del FPÖ, Susanne Riess-Passer, quien ha señalado esta mañana desde China, donde está de visita oficial, que "Haider lo ha querido así. Necesitó 13 años para levantarlo (el partido) y seguramente 13 semanas para destruirlo".
Riess-Passer se ha referido así al congreso extraordinario de su partido celebrado en octubre pasado, en el que se impuso el ala más nacional-populista frente a los liberales en torno a ella y la mayoría de los miembros del FPÖ del Gobierno con los democristianos del Partido Popular Austríaco (ÖVP), que encabeza el canciller federal saliente, Wolfgang Schüssel.