Los 30 incendios en el área metropolitana de Sydney y los que se registran en otras partes de Nueva Gales del Sur son peores que los ocurridos en la Navidad de 2001, que arrasaron más de 500.000 hectáreas en menos de un mes, según ha asegurado esta mañana el jefe del gobierno local, Bob Carr. Los fuegos, que arden sin control, han causado un muerto y siete heridos, además de quemar al menos 30 viviendas.
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Los vientos soplan con una fuerza de hasta 80 kilómetros por hora y acercan las llamas cada vez más a los barrios de la periferia de Sydney por el norte, el sur y el oeste. Los meteorólogos han advertido de que las altas temperaturas, la baja humedad y los feroces vientos seguirán durante el fin de semana. "Las condiciones son extremas y se han juntado con la peor sequía de los últimos cien años, no hay que olvidarlo", ha apuntado Carr.
El gobernante local ha recordado que los incendios del año pasado "costaron a las arcas del Estado unos 50 millones de dólares" y ha apuntado que, pese a que en este año los bomberos están más preparados y cuentan con la ayuda de dos nuevos helicópteros cisterna, "el coste del desastre también será muy alto".
Investigación
El comisario Phil Koperburg ha explicado que 80 avionetas y helicópteros, junto a más de 3.000 bomberos y centenares de camiones trabajan en las tareas de extinción de los incendios. Además, el primer ministro australiano, John Howard, ha ofrecido la ayuda de las Fuerzas Armadas, mientras que los estados vecinos de Victoria y Queenslan han prestado a sus bomberos.
El gobierno de Carr ha iniciado una investigación policial para determinar las causas de los incendios, dado que muchos de los que surgieron el miércoles aparecieron casi al mismo tiempo. Además, ha anunciado una ayuda de urgencia de 5.000 dólares por familia damnificada.