Estados Unidos se ha pronunciado ya sobre la graves crisis que sacude Venezuela, paralizada desde hace doce días por una huelga general. El portavoz de la Casa Blanca, Ari Fleischer, ha asegurado que Washington está "profundamente preocupado por el deterioro de la situación" y ha pedido la convocatoria urgente de elecciones para poner fin al conflicto.
Mientras, desde Caracas, en una entrevista que publica hoy el diario El Mercurio el vicepresidente del país, José Vicente Rangel ha asegurado que "francotiradores expertos" planean "eliminar" al presidente del país Hugo Chávez y que no descarta actos de terrorismo generalizado. Rangel ha advertido además de que si la oposición fuerza las circunstancias "el enfrentamiento va a ser cruel".
Pese a las advertencias sobre un posible magnicidio, el vicepresidente del país se muestra escéptico ante la posibilidad de un golpe de Estado aunque tampoco lo encuentra imposible porque "los golpistas y terroristas" no han renunciado a la posibilidad "de una marcha suicida" de venezolanos hacia el Palacio de Miraflores, sede del Ejecutivo.
El país "está funcionado"
Rangel afirma por último que es una exageración hablar de un país paralizado porque "ninguna economía soporta una paralización de diez días" y "el país está funcionando".
Lo cierto es que el paro generalizado en Venezuela, quinto productor mundial de crudo, tiene a la industria petrolera, que genera más de la mitad de los ingresos del país, virtualmente paralizada al igual que el comercio y los bancos. La huelga aglutina a los gremios empresariales, sindicales y a grupos políticos que exigen la salida del presidente y, como hoy EE UU, elecciones anticipadas. Ayer mismo los promotores de la huelga convocaron al país a la "resistencia indefinida".