Un total de cinco soldados estadounidenses han muerto esta mañana en un ataque suicida cerca de un retén instaladao por el Ejército de EE UU cerca de la ciudad iraquí de Nayaf, situada en el sur del país. Según ha asegurado el capitán estadounidense Andrew Valles, el atentado ha sido perpetrado con un coche bomba, un taxi, cuyo conductor paró en un puesto de control montado por la tercera división de infantería mecanizada.
El vicepresidente iraquí, Taha Yasín Ramadán, ha identificado en rueda de prensa al suicida y ha advertido de que esto sólo "es el principio". El suicida, identificado como Ali Yafer al Yamali, oficial del Ejército, ha sido galardonado hoy a título póstumo con dos condecoraciones de parte de Sadam Husein.
Ramadán, considerado dentro del ala dura del régimen iraquí, ha apuntado que han llegado a Irak numerosos voluntarios árabes, si bien no ha querido precisar ninguno de los países de procedencia, a excepción de Arabia Saudí.
Con estos son ya 34 los soldados estadounidenses que han perdido la vida en el conflicto de Irak, según el último balance hecho público por el Pentágono, que ha especificado que de ellos 21 han sido abatidos en combate.
Militares disfrazados
La coalición angloamericana asegura que en la región de Nayaf sus tropas se enfrentan al riesgo de ataques paramilitares, lo que les ha obligado, según informa el mando en Qatar, a incrementar el perímetro de seguridad y redoblar la vigilancia de la zona, en la que continúan los combates.
En este sentido, el ministro de Información iraquí, ha desmentido las informaciones de Washington asegurando que es falso que los militares iraquíes se vistan de civiles para cruzar las líneas aliadas. "No hay militares disfrazados. Hay civiles... es nuestra gente que lucha contra los mercenarios e invasores", ha dicho Al Sahaf en su conferencia de prensa diaria.