No es extraño que a los aliados les cueste tanto hallar las armas de destrucción masiva que supuestamente almacenaba Irak: Sadam ordenó su destrucción pocos días antes de la guerra. Al menos así lo afirma un científico iraquí que ha llevado a un grupo de militares estadounidenses a un lugar donde se almacenaban arsenales prohibidos, según informa hoy The New York Times.
El científico, que afirma haber trabajado para el programa de armamento químico iraquí durante más de diez años, asegura también que Bagdad envió en secreto armamento no convencional y tecnología a Siria a partir de mediados de los 90, y que Irak estaba cooperando en los últimos tiempos con la red terrorista Al Qaeda, siempre según las citadas fuentes.
Examen 'in situ'
De corroborarse, esta información vendría a confirmar algunas de las acusaciones vertidas por Washington y Londres contra el régimen de Sadam y que han sido utilizadas como argumento para justificar la guerra. Según las mismas fuentes, el Gobierno iraquí comenzó a destruir parte de su arsenal de agentes mortales a partir de mediados de los 90, e incluso trasladó parte de estos agentes a Siria.
Los expertos norteamericanos citados por The New York Times dan por buenas sus informaciones y aseguran que el citado científico les ha llevado en los tres últimos días a lugares donde hay muestras de la presencia de un agente tóxico prohibido.
El equipo estadounidense encargado de buscar las armas prohibidas, el Mobile Exploitation Team Alpha (MET Alpha), ha declinado identificar al científico para evitar represalias en su contra.