El Gobierno cubano, presidido por Fidel Castro, lanzó en abril una ola de represión de disidentes y de ejecuciones sumarias. 75 opositores, en su mayoría periodistas, escritores y activistas críticos de la revolución, fueron condenados a penas de hasta 28 años de prisión por "conspirar" junto a Estados Unidos. Además, tres jóvenes fueron condenados a muerte y ejecutados por secuestrar un barco para huir a Florida.
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La lluvia de críticas de la comunidad internacional y las represalias políticas y económicas no han hecho mella en Castro, que ayer justificó de nuevo las ejecuciones por afectar a "delincuentes comunes alentados desde el exterior" y no a "disidentes políticos". El presidente cubano ha insistido hoy en la idea de una conjura exterior y ha prometido "nuevas y grandes batallas" para "desenmascarar" a un grupo de personas a las que ha calificado de "pandillita" y "mafia" aliada "y sirviendo bochornosamente" al "imperio nazi-fascista" de Estados Unidos.
"Nuevas y grandes batallas"
En un breve discurso improvisado e informal ante miles de personas en La Habana, Castro ha urgido a los cubanos a disfrutar del fin de semana porque en el horizonte "esperan nuevas y grandes batallas". Eso sí, el presidente cubano no ha explicado a quién se refiere.
Estas son sus primeras declaraciones públicas tras la aprobación el pasado jueves por unanimidad de un paquete de sanciones políticas contra su régimen por parte de la Unión Europea, en respuesta por la ola de represión de los últimos meses.