Cientos de iraquíes hacen cola hoy en la entrada oriental de la ciudad iraquí de Faluya. Allí, los infantes de marina estadounidenses permiten a los civiles regresar a sus casas después de pasar un control exhaustivo. Miles de vecinos de Faluya salieron de la ciudad la semana pasada escapando de los combates que libraban los rebeldes chiíes con las tropas estadounidenses que asediaban la localidad.
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Un día después de llegar un acuerdo sobre el cese de las hostilidades, el acceso a la ciudad, situada a 50 kilómetros al oeste de Bagdad, ha sido abierto para los civiles. Cerca del mediodía, un centenar de automóviles y de camiones con civiles a bordo formaban una larga fila frente a un puesto de control situado en el cruce de la autopista que une Bagdad a las fronteras jordana y siria.
Los infantes de marina, con apoyo de la policía iraquí y miembros del Cuerpo de la defensa civil (ICDC - auxiliares del ejército) filtraban las entradas, verificando las identidades y sometiendo a los civiles a detectores de metales.
El regreso de los civiles que por decenas de miles huyeron de los combates, está previsto en el acuerdo entre la coalición y notables de Faluya anunciado ayer, después de tres series de discusiones. Este acuerdo prevé también patrullas de los soldados estadounidenses con fuerzas de seguridad iraquíes, la entrega de las armas, una amnistía para los que entreguen sus armas pesadas, el acceso a los hospitales y el entierro de los muertos.