Las torturas a presos iraquíes por parte de soldados americanos son, según el vicepresidente de EE.UU., Dick Cheney, el resultado de "un fallo mayor", que debe ser investigado minuciosamente.
Cheney, que ha recordado que las torturas fueron hechas públicas por el propio estamento militar, se ha mostrado partidario de que se depuren las responsabilidades, y de que se tomen medidas para evitar que casos como los que se han visto se repitan.
"Es muy duro", dijo Cheney al referirse a nuevos vídeos sobre torturas que aun no se han publicado, y que vio junto al presidente George W. Bush el pasado lunes: "ciertamente hubo gente que hizo cosas atroces".
En referencia a esos vídeos, el vicepresidente no se ha opuesto personalmente a que se emitan por las cadenas de televisión, aunque ha reconocido que las autoridades se enfrentan a una decisión muy difícil: permitir o no su publicación.
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Podría "tener consecuencias importantes y afectar a la moral de las tropas estadounidenses en Irak", ha dicho, y ha añadido que "los estadounidenses deben comprender que estos son actos de un grupo de individuos" y que no reflejan la "enorme contribución" que las fuerzas norteamericanas han hecho en Irak.
Un grupo de senadores formado tanto por demócratas como por republicanos podrá revisar hoy durante tres horas ese material gráfico. El presidente Bush ha afirmado que no supo de esas fotos y videos hasta la semana pasada, al no haber sido informado por Donald Rumsfeld, el secretario de Defensa.