Un nuevo ataque de Ejército israelí al campo de refugiados palestino de Rafá, en el sur de la franja de Gaza, se ha cobrado la vida de tres palestinos y ha herido a otros diez. Cuatro de los heridos, entre los que figura un cámara de la agencia de noticias Reuters, se encuentran en estado grave, según informa el director del hospital de la ciudad, Ali Musa.
Una unidad militar con unos 30 tanques y carros blindados, apoyada por helicópteros Apache de la Fuerza Aérea, que han disparado dos proyectiles contra palestinos armados, se han internado en el barrio Yavne del campo, en busca de supuestos túneles empleados para el contrabando de armas y mercancías desde Egipto.
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Según fuentes militares de Israel, los muertos y heridos han sido víctimas del estallido de una carga explosiva que militantes de la resistencia lanzaron contra las tropas, que no sufrieron bajas.
Asimismo, los palestinos aseguran que excavadoras militares han destruido seis viviendas en su búsqueda de túneles, que suelen cavar empresas privadas para el contrabando entre Rafah y el vecino desierto egipcio de Sinaí, con el que limita Gaza.
Este ataque se produce después de que ayer dos activistas palestinos sospechosos de colaboracionismo con Israel fueran asesinados en un hospital de Gaza. Entretanto, esta mañana el Ejército israelí ha levantado el cerco que había impuesto el lunes a la ciudad cisjordana de Belén, para buscar a un supuesto suicida palestino, sin informar del resultado.