El futuro presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durão Barroso, va a anunciar esta tarde el reparto de careras del próximo Ejecutivo comunitario, que tomará posesión el 1 de noviembre. El portugués ha cerrado la formación del Colegio con una semana de antelación ya que se esperaba que el anuncio se realizara el 19 de agosto.
Aunque la identidad de los 24 comisarios es escogida por los Estados miembros (uno por cada país, salvo Portugal, del que es oriundo el presidente), le corresponde a Barroso la designación de responsabilidades. En las últimas semanas se ha especulado mucho sobre la presión de los países grandes para ocupar las carteras de mayor peso, tales como las de Finanzas o Exteriores.
La misión que se ha marcado Barroso es la de formar una Comisión fuerte, capaz de entroncar con las que dirigió Jacques Delors antes de que el colegio de comisarios cayera por la falta de liderazgo de que adolecieron Jacques Santer y el propio Prodi. Barroso quiere que la Comisión vuelva a reavivar el ideal europeísta, deprimido ahora hasta extremos sin precedentes como probó la baja participación en las elecciones europeas de junio, para convertirla en un elemento dinamizador ante el reto de la decena de referendos constitucionales previstos en los dos próximos años.