El primer ministro británico, Tony Blair, ha viajado hoy a Irak en una visita inesperada, y fue recibido en el aeropuerto de Bagdad por su homólogo iraquí, Ayad Alaui. La visita pretende apoyar la celebración de las próximas elecciones, previstas para el 30 de enero.
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Con su presencia en Irak, de la que no se había informado aparentemente por razones de seguridad, Blair intenta mostrar el apoyo del Reino Unido a las elecciones que se celebrarán aquí el próximo 30 de enero, las primeras tras la dictadura de Sadam Husein. Blair, nada más poner pie en tierra, ha reiterado en Bagdad el compromiso de su país a apoyar la democracia en el país, e insistió en que los comicios deben celebrarse en la fecha prevista.
Emisoras de televisión árabes emitieron imágenes de Blair y Alaui en el aeropuerto, e indicaron que el primer ministro británico llegó a esta capital en un avión militar procedente de Jordania. Los dos gobernantes se trasladaron después en un helicóptero militar al centro de Bagdad.
La visita de Blair se produce en medio de intensos esfuerzos del Gobierno interino iraquí y de las tropas multinacionales para controlar la violencia en el país árabe antes de los comicios, en los que los iraquíes deberán elegir un Parlamento de 275 diputados. Tras su presencia en Irak, Blair tiene previsto iniciar su visita anunciada a Israel y los territorios palestinos, con el objetivo de promover su iniciativa para convocar una conferencia en Londres sobre el proceso de paz en Oriente Medio.