El polémico Contrato de Primer Empleo (CPE) ha entrado en vigor hoy, como estaba previsto, tras aparecer publicado en el Boletín del Estado francés, tal y como anunció el presidente, Jacques Chirac, el pasado viernes. Sin embargo, éste ha pedido a los empresarios que no lo apliquen, en espera de que la nueva ley sea modificada por los diputados de la Unión por el Movimiento Popular (UMP) en sus dos puntos más conflictivos. Así, el periodo de prueba pasará de los dos años a uno y el joven podrá "conocer las razones" de su despido.
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Aunque teóricamente legal a partir de hoy, el CPE no podrá ponerse en práctica hasta que llegue su versión modificada, que podrá ser adoptada por el Parlamento entre "abril y mayo", según el diputado de la UMP Hervé Mariton, próximo al primer ministro, Dominique de Villepin.
Por su parte, el primer ministro ha declarado, en una entrevista en el diario Le Journal du dimanche, que el presidente ha tomado "una decisión justa y respetuosa de nuestras instituciones" que Villepin no rechaza. Así, el jefe del Ejecutivo indicó que reunirá mañana, lunes, a "todos los miembros del Gobierno" en Matignon para "fijar el rumbo de los próximos meses" en este frente abierto.
En el mismo diario, la presidenta de la principal patronal francesa (Medef), Laurence Parisot, ha pedido a sus simpatizantes que no recurran a la versión actual del CPE. "No es de su interés ofrecer un contrato de trabajo manchado de inseguridad jurídica", afirmó. No obstante, Parisot se ha mostrado reticente a una justificación formal del despido y ha juzgado que "si se hace por escrito, cambia el concepto mismo de periodo de ensayo".
Contraataque socialista
Mientras, desde ayer por la mañana se encuentran reunidos los parlamentarios del UMP, entre ellos el presidente de la Asamblea, Jean-Louis Debré, y el ministro de Interior, Nicolás Sarkozy, para preparar la nueva ley que pretende Chirac.
Por su parte, los contrarios al CPE mantienen la esperanzan de lograr que todavía fracase el proyecto. Así, el partido socialista pretende presentar al Parlamento una propuesta de ley "para derogar pura y simplemente" el texto, mientras que los sindicatos de trabajadores y estudiantes preparan una nueva jornada de manifestaciones para el próximo martes.
Un sondeo publicado hoy y elaborado por la CSA para varios medios franceses ha mostrado que el 54% de los franceses desea que continúe el movimiento, mientras que el 56% no está satisfecho por los cambios propuestos por el presidente y el 62% no ha encontrado al presidente convincente.