La oleada de violencia sectaria desatada durante el fin de semana en Bagdad a raíz de un atentado contra una mezquita chií se ha cobrado la vida hoy de al menos 36 personas. El ataque más sangriento, con 16 muertos, ha tenido lugar en las inmediaciones de la Zona Verde, en el centro de Bagdad, donde se concentran las embajadas de Estados Unidos y Gran Bretaña, además de las principales instituciones del Gobierno iraquí.
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El atentado ha tenido lugar en torno a las 10.50 (08.50 hora peninsular española), en una calle donde se concentran varios restaurantes. Segun un comunicado del mando militar estadounidense, el atentado ha sido perpetrado por dos terroristas suicidas que estaban en el interior de un vehículo que ha explosionado, acabando con la vida de 15 civiles y de un policía iraquí.
Al sur de la capital, en un barrio de mayoría suní, ha tenido lugar otro de los ataques de hoy. En este caso, diez civiles chiíes han muerto tiroteados cuando un grupo de pistoleros ha emboscado el minibús en el que volvían de un entierro en la ciudad santa chií de Nayaf. Además, unos pistoleros han entrado en una empresa y han disparado a discreción contra los trabajadores, matando a otros ocho.
La emboscada contra el minibús se ha producido en el barrio de Al Dura, un distrito de mayoría suní extremadamente violento. Según ha relatado el Ministerio de Defensa, los asaltantes han hecho salir a los pasajeros del minibús y los han ejecutado. Todos volvían de un funeral celebrado en Nayaf, ciudad santa para los chiíes en cuyo mausoleo suelen enterrar a sus muertos.
Horas más, tarde, otro grupo de pistoleros han entrado en las oficinas en el barrio de Al Mansur de una contrata iraquí que trabaja para la coalición internacional y han abierto fuego a discreción. Han matado a ocho personas y herido a una más.
Se trata de un episodio más de la ola de violencia sectaria que está asolando la capital de Irak tras un atentado el sábado contra una mezquita chií que acabó con la vida de tres personas. Al día siguiente, milicianos chiíes mataron a más de 40 civiles suníes en falsos controles de carretera, hecho que fue respondido con un nuevo atentado cerca de una mezquita chií que se cobró otras 20 vidas.