"Mama, me lo he pasado como nunca". Aunque parezcan premonitorias, estas palabras tan solo fueron las últimas que pronunció la pequeña Madeleine McCann a su madre la noche de su desaparación. Kate McCann, tres meses después de perder la pista de su hija en un hotel de Portugal, ha relatado a la prensa británica algunos detalles de aquella noche y cómo se siente ahora. Hoy precisamente la policía portuguesa vuelve a inspeccionar el domicilio del único sospechoso de la desaparición, el británico Robert Murat.
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En la entrevista, que la propia Kate McCann pidió fuera difundida por todos los periódicos británicos en su edición dominical, la madre ha afirmado estar martirizada por la culpa por haber dejado sola a su hija de cuatro años mientras ella y su marido cenaban en privado durante sus vacaciones en Portugal.
"Lamentamos desesperadamente no haber estado ahí", ha declarado al periódico Sunday Times. "Ahora, en todo momento me pregunto a mí misma: ¿Qué me hizo pensar que (Madeleine) estaba a salvo?", ha comentado la señora McCann.
"Sólo siento remordimientos, y he ido por la vida diciendo que no quiero lamentar nada, pero no puedes decir que no lamentas algo así", ha dicho la madre.
Ante las críticas a la pareja McCann por posible negligencia: "La gente me ha dicho que somos, como matrimonio, las personas más desafortunadas del mundo, y es verdad", ha afirmado McCann, "pero es importante no perder de vista el hecho de que no hemos cometido crimen alguno".
Una pajita y un bote, investigados en Bélgica
Mientras y según cuenta el diario británico The Independent, la policía belga espera los resultados de ADN recogido de la pajita y el bote de refresco utilizados por una niña en un restaurante de la ciudad de Tongeren (Bélgica) después de que una testigo asegurase "100% convencida" que la menor era Madeleine.