Las lágrimas han vuelto a inundar el gimnasio donde ocurrió la peor masacre terrorista en la historia de Rusia. Centenares de personas han acudido hoy a las ruinas de la escuela Nº1 de Beslán, en Osetia del Norte, donde el 1 de septiembre de 2004, cuando se celebraba la inauguración del año escolar, un comando terrorista chechén atacó y capturó como rehenes a más de mil personas, entre maestros, alumnos y familiares que asistían la ceremonia.
Murieron 334 personas, 186 de ellas niños, cuando dos días después, tras una explosión en el interior del gimnasio donde fueron retenidos, las fuerzas rusas llevaron a cabo una confusa y muy criticada operación de rescate.
Desde tempranas horas de hoy deudos y simplemente habitantes de Beslán y otra ciudades norosetas se personaron en la escuela y depositaron botellas de agua -en recuerdo de la sed que pasaron la víctimas- y encendieron velas en las ruinas del gimnasio escolar. Los actos conmemorativos se extenderán hasta el jueves.