Los planes del Rachel Corrie no cambian. Cuatro días después del asalto del Ejército israelí a los seis barcos de la flotilla de la libertad, la embarcación irlandesa que escapó al ataque tras retrasar la salida desde Malta por problemas técnicos, se encuentra ya a 200 millas de la franja de Gaza. "Creemos que llegaremos el viernes por la noche", relata desde el buque por teléfono vía satélite el diplomático irlandés Denis Halliday.
El ex asesor del secretario general de Naciones Unidas es una de las 20 personas que están en el barco. Hay cinco activistas irlandeses, entre ellos la Premio Nobel de la Paz, Mairead Corrigan-McGuire, y seis malayos. Los demás ocupantes son los miembros de la tripulación. La nave transporta también unas 500 toneladas de cemento, cuadernos escolares, medicamentos y juguetes.
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Halliday no esconde el nerviosismo que circula en el barco a medida que se acercan a la costa de Gaza. "Claro que tenemos miedo", dice, "pero también creemos que las autoridades israelíes tomarán el barco sin usar la violencia. Nos respetarán y nosotros les respetaremos. No asustaremos a los soldados israelíes que son jóvenes adolescentes. Somos pacíficos y estamos más determinados que nunca en seguir nuestro viaje".
Todos los ocupantes decidieron por unanimidad seguir la ruta hacia la franja a pesar de las noticias del ataque de la madrugada del lunes. "Estábamos asustados, sorprendidos y muy entristecidos por las personas que han muerto", comenta el diplomático y añade: "Se cometieron errores muy graves. Los soldados israelíes estaban asustados, apretaron el gatillo y mataron a gente. Hubo errores por ambas partes. Pero esto no ocurrirá con nuestro barco".