El accidente nuclear de Japón muestra el dilema de si se deben construir centrales nucleares en la costa o en tierra adentro ante el posible riesgo de tsunamis, un problema que puede agravarse en los últimos años debido al cambio climático.
La mayoría de los 442 reactores nucleares están cerca del mar, más que en lagos o ríos, para garantizar el suministro de agua de mar para refrigerar las vainas de combustible en caso de emergencias como la de la planta de Fukushima. "Es un acertijo", dice Ian Jackson, un experto en energía nuclear de Chatham House en Reino Unido. "Si estás en un área geológicamente estable, una localización costera es todavía mucho mejor opción".
El agua es la primera de las consideraciones que se tienen en cuenta cuando se construyen centrales, así como las fallas geológicas o la proximidad de ciudades. Tierra adentro, los suministros de agua pueden ser más vulnerables a las olas de calor, las inundaciones, los cambios de temperatura y los fallos en presas.
MÁS INFORMACIÓN
- Merkel suspende el plan para alargar la vida de las centrales nucleares en Alemania
- Bruselas considera que la situación en la central nuclear de Fukushima está "fuera de control"
- EE UU alerta de radiaciones "extremadamente altas" en la central nuclear de Fukushima
- Estado de los reactores de Fukushima
- El vertido de toneladas de agua consigue contener los niveles de radiación en Fukushima
Temperaturas muy altas pueden matar a los peces y el resto de la vida de un río, pero además pueden reducir el suministro de líquido para la energía de las plantas. En 2003, una ola de calor en Europa forzó al cierre o la reducción de suministro de una central en Francia con 19 reactores debido a la falta de agua en el río Ródano. Aparte, una central nuclear cerca de un río puede afectar de forma muy perjudicial a la vida alrededor del río y conlleva muchos más problemas medioambiantales.