El Alto Tribunal de Justicia de Inglaterra y Gales ha negado a Diane Pretty la posibilidad de que se le ayude a acabar con su vida. Esta mujer británica tiene una enfermedad incurable que afecta a las neuronas y que le impide moverse y comunicarse.
Pretty no quiere vivir más, pero necesita ayuda para acabar con su vida. Argumenta que su calidad de vida es tan pequeña que negarle la posibilidad de suicidarse vulnera sus derechos humanos.
Tras su salida del tribunal, la mujer ha explicado que no se da por vencida y que tiene previsto llevar su caso a la Cámara de los Lores, la máxima instancia en la Justicia británica para que sea revisado. Esta es la primera vez en el Reino Unido que se lleva a los tribunales un caso de estas características.
Ayuda del marido
El responsable de la Fiscalía, David Calvert-Smith, amenazó con emprender acciones legales contra el marido de esta mujer si le ayuda a suicidarse porque considera que su ayuda podría considerarse como una licencia para cometer un crimen.
El representante de la Alianza Médica sobre asuntos éticos, el doctor Greg Gardner, ha señalado que "lo que estábamos viendo en esta ocasión no era solamente la autonomía de una persona para que le ayuden a suicidarse sino tambien la libertad de la mayoría de estar protegidos sobre los juicios de lo que significa tener calidad de vida".