El Parlamento de Finlandia ha aprobado esta mañana por 102 votos a favor y 97 en contra la propuesta del Gobierno de construir una nueva central nuclear con la que hacer frente a la creciente demanda de energía del país. Esta aprobación pone fin al parón europeo en lo que a construcción de plantas nuevas se refiere.
La última planta nuclear en entrar en funcionamiento en la UE fue la de Civaux-2, en Francia, en 1999. Esta central había recibido el visto bueno del Gobierno francés en 1993.
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La propuesta, que el Parlamento finlandés ha estado debatiendo desde el martes, contaba con el respaldo de la industria y los sindicatos, si bien fue muy contestada por amplios sectores sociales y creó divisiones entre los partidos, por lo que los diputados fueron liberados de la disciplina de voto.
La apobación dará paso ahora a la construcción de la que será la quinta central nuclear en Finlandia, una cuestión que no se planteaba desde 1993, cuando el Gobierno de entonces retomó una propuesta formulada por la industria eléctrica en 1986 y la sometió al Parlamento. La cámara rechazó la iniciativa por una mayoría del 53,5%.
"La energía nuclear no es la única solución, pero es la mejor para un país con un clima frío, una industria intensiva y largas distancias", ha explicado antes del debate parlamentario el diputado socialdemócrata Mikko Elo.
Actualmente, Finlandia importa de Rusia cerca del 50% de la energía que consume, sobre todo petróleo y gas natural, y compra un 20% más a terceros países. En el año 2000, los costes de importación de energía ascendieron a 4.500 millones de euros (4.100 millones de dólares).
De la energía de producción propia, el 27% procede de las cuatro centrales nucleares existentes, mientras que las plantas hidroeléctricas producen el 18% y la biotérmica el 12%.
Tendencia a no construir
En el espectro comunitario, la tendencia general es la de no construir más centrales nucleares, aunque en la Comisión Europea hay voces que defienden esa fuente de energía como instrumento para la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero. La energía nuclear como factor reductor de las emisiones de gases que producen el calentamiento global de la Tierra no aparece en los acuerdos del Protocolo de Kioto.
En el caso de Alemania, por ejemplo, el rechazo a las nucleares va más allá de la no construcción de nuevas plantas, ya que el Gobierno de coalición socialdemócrata-verde ha pactado con la industria del sector el desmantelamiento de las 19 existentes.
En total existen en el mundo 438 centrales nucleares en funcionamiento con una capacidad neta instalada de 353 gigawatios y 32 más en construcción.
En 2002 dos centrales han entrado en funcionamiento en el mundo, la de Onagawa 3, en Japón, y la Rostov 1 en Rusia. Además, ha comenzado la construcción de otra planta, la de Shika, en Japón.