El papa Juan Pablo II ha aceptado hoy la renuncia presentada por el obispo de Lexington —localidad sureña situada en el Estado de Kentucky—, monseñor Kendrick Williams, acusado de supuestos abusos sexuales a un niño de doce años.
Williams fue apartado de sus funciones hace algunos meses, después de que un antiguo miembro del coro de la iglesia en la que oficiaban le denunciase por una agresión sexual que databa de hace más de 20 años. El obispo ha negado en todo momento las acusaciones, pero finalmente ha decidido abandonar su cargo.
La renuncia ha sido aceptada en conformidad con el Código de Derecho Canónico, que prevé las dimisiones por motivos de salud o por otras causas graves.
Con la dimisión de Kendrick Williams son ya tres los prelados de Estados Unidos que se han visto obligados a presentar su renuncia en los últimos meses por su relación con escándalos de pederastia. En los casos anteriores las diócesis de Palm Beach y Milwaukee también perdieron a su obispo titular por los escándalos de curas pedófilos, un asunto que sacude a la Iglesia católica americana desde hace meses.