La población de la Unión Europea ha aumentado un 0,4% durante 2001, idéntica cifra a la de 2000, y alcanzó así los 379,6 millones de habitantes, según los datos difundidos hoy por la Oficina Europea de Estadísticas (Eurostat), que ha puesto de relieve que tres cuartas partes del crecimiento demográfico europeo se deben al saldo migratorio y sólo una, al crecimiento vegetativo.
En 2001, la UE aportó sólo el 2% del crecimiento demográfico mundial, frente al 20% que aportó India o el 14% de China. En Estados Unidos, el crecimiento demográfico fue del 0,9%, debido en un tercio al saldo migratorio.
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Por países, Irlanda y Luxemburgo registraron los crecimiento demográficos más elevados, y Alemania y Austria, los más discretos. España, con un 0,7%, se situó por encima de la media comunitaria. El saldo migratorio fue en España del 0,58%, mientras que el crecimiento vegetativo ascendió a 0,14%.
En cuanto a la esperanza de vida en la UE durante el año pasado ésta fue de 81,4 años para las mujeres y de 75,3 años para los hombres, mientras que esa cifra era en 1980 de 77,2 años y 70,5 respectivamente. Los países con una mayor esperanza de vida son Francia para las mujeres (83 años) y Suecia para los hombre (77,5 años), mientras que en Irlanda es donde tanto hombres como mujeres viven menos (78,5 y 73 años respectivamente). En el caso de España para las mujeres es de 82,9 años y para los hombres de 75,6 años.
Débil crecimiento natural
El mayor crecimiento natural de la población (diferencia entre el número de nacimientos y muertes) en la UE se produjo en Irlanda (7,3 por mil) y en Francia (4,2 por mil), mientras esa tasa fue negativa en Alemania (-1,1 por mil), Suecia (-0,3 por mil) y Grecia (-0,1 por mil).
La tasa de fertilidad durante 2001 fue de 1,47 hijos por mujer, casi estable en relación con el año precedente cuando se situó en 1,48 hijos. El número de hijos por mujer sólo creció en Irlanda, mientras que disminuyó en Alemania, Luxemburgo, Austria y Portugal, según los datos Eurostat.
Por último, es significativo que el número total de matrimonios disminuyó en un 15% entre 1980 y 2000, mientras que el de divorcios creció en un 40%.