El volcán Etna, situado en el extremo oriental de la isla italiana de Sicilia, volvió a despertar ayer con una espectacular erupción y ríos de lava que han destruido parcialmente unas instalaciones de esquí y han obligado a evacuar dos hoteles cercanos frecuentados por aficionados al esquí.
La principal lengua de lava descendió en tres brazos desde nueve bocas abiertas a una altitud de 2.250 y 2.500 metros sobre Piano Provenzano, donde se encuentra una estación invernal muy frecuentada por aficionados al esquí y los dos hoteles evacuados.
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Además, los diversos incendios ocasionados por el intenso calor en los bosques cercanos han requerido la intervención de un avión Canadair y de equipos de bomberos.
Cerrado el aeropuerto
Una nube de cenizas de varios kilómetros de altura y visible desde gran distancia se alza sobre el Etna, que con sus 3.340 metros de altitud es el principal volcán activo de Europa. Los municipios de la zona ya han dispuesto equipos para proceder a la limpieza de las calles y carreteras locales.
El aeropuerto de Catania, situado a unos 30 kilómetros del lugar de la erupción, está aún cerrado por el riesgo que corrían los aviones al encontrarse con la nube volcánica.
Los responsables de Protección civil han asegurado que de momento no existe riesgo para la población, ya que no hay peligro inmediato de ser alcanzados por la lava. La expulsión de gases y magma está acompañada además de una notable actividad sísmica. Así, desde la pasada noche se han registrado en la zona más de doscientos temblores de baja intensidad.