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AI desmiente que el Supremo de Nigeria haya ratificado la lapidación de Amina Lawall

El caso está aún en manos del tribunal federal de Katsina y no ha llegado a la instancia superior

Amnistía Internacional desmiente que el Tribunal Supremo de Nigeria haya ratificado la condena a muerte por lapidación de la nigeriana Amina Lawall, acusada de adulterio, ya que su caso está aún en manos del tribunal federal de Katsina y no ha llegado al Tribunal Supremo, según han informado fuentes de la organización.

Las mismas fuentes se remiten al último comunicado sobre el caso, publicado el pasado 15 de noviembre, en el que Amnistía Internacional expresa su preocupación por el hecho de que aún no se hubiera fijado fecha para la vista de la apelación elevada por Amina Lawal el pasado mes de agosto al Tribunal Superior de la Sharia de Katsina en contra de su sentencia de muerte.

AI ha puesto en marcha una campaña de recogida de firmas a través de su página web para salvar a esta mujer, de 30 años, cuya condena fue ratificada el 19 de agosto de 2002 por el Tribunal de Futunda. La movilización de esta organización sirvió para salvar la vida de otra mujer, Safiya Huseini, también condenada a muerte por lapidación tras ser acusada de adulterio.

Amina Lawal es musulmana y analfabeta. Fue educada para trabajar en el hogar. Se casó dos veces. La primera a los 14 años y de este matrimonio nacieron dos hijos. Su segunda relación duró sólo nueve meses y fue el orígen de sus problemas. Su delito fue haber tenido relaciones sexuales con Yahaya Mohammed, un sobrino lejano de su ex marido, mientras estaba divorciada. Lawal reconoció haber tenido relaciones. Yahaya está libre de cualquier culpa. Le bastó jurar por el Corán que concocía a Amina, pero que no había mantenido relaciones sexuales con ella.

Precedentes

El único predecente que existe de condena a muerte por adulterio fue el de Safiya Husseini, quién finalmente fue indultada. El 21 de junio de 2002, fue un hombre, Yunusa Rafin Chiyawa el que fue condenado a muerte por la misma razón que sus predecesoras. En este caso la mujer con la que mantuvo relaciones fue exculpada porque el tribunal consideró que padecía demencia transitoria.

La lapidación se ejecuta enterrando hasta el cuello a los hombres y hasta las axilas a las mujeres. Luego la multitud que acostumbra a asistir a estos actos lanza piedras al reo hasta acabar con la vida de éste.