En uno de cada cuatro hogares españoles vive al menos una persona con dolor crónico. En total, el 11% de los españoles padece dolor, una cifra sensiblemente por debajo de la media europea: el 19%. No obstante, en España faltan unidades específicas para el dolor en los hospitales para tratar este padecimiento que la sociedad actual acepta cada vez menos.
La edad media del dolor son los 51 años y no hay diferencias entre los sexos de los pacientes en cuanto a su incidencia. La causa más frecuente de este padecimiento se asocia a procesos degenerativos o inflamatorios como la artrosis y la artritis, aunque también tienen un papel importante la herencia u otras causas.
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España es el país europeo con una menor cantidad de pacientes con dolor crónico aunque los españoles lo sufren durante un espacio de tiempo superior a la media europea (nueve años frente a siete). Además, en España destaca la alta incidencia de depresión a causa del dolor, un 29%, mientras que en otros países como Dinamarca sólo es del 11%, según la encuesta Pain in Europe, realizada en 16 países europeos a una media de 3.000 pacientes en cada país.
Tratamiento insuficiente
El presidente de la Sociedad Española del Dolor (SED) y jefe clínico de la Unidad del Dolor del Hospital Carlos Haya de Málaga, Manuel Rodríguez, ha destacado en una rueda de prensa que en España tradicionalmente se aceptaba el dolor como parte de la enfermedad, lo que podría significar que en realidad haya más pacientes con dolor de los que refleja la encuesta. Rodríguez considera que el dolor es en sí mismo una enfermedad que debe tratarse, y no un síntoma.
Rodríguez ha destacado que en España faltan unidades del dolor y formación en los médicos, por lo que más del 50% de los pacientes con dolor consideran que el tratamiento que reciben es insuficiente. De hecho, sólo el 1% de los enfermos es tratado con opiáceos. Según el presidente de la SED, sólo el 10% de los médicos españoles aplica la escala de la Organización Mundial de la Salud (OMS) para tratar el dolor y, en su mayoría, recetan antiinflamatorios para calmarlo en lugar de opiáceos potentes, porque piensan que pueden generar dependencia o adicción en el paciente.
En el mismo sentido se ha manifestado el secretario de la Sociedad Española del Dolor y jefe del servicio de Anestesiología del Hospital Marcide de Ferrol (Coruña), Manuel Alberto Camba, que ha pedido la creación de más unidades de del dolor en los hospitales españoles y ha destacado que a causa de este déficit sólo un 27% de los pacientes con dolor llegan al especialista.