Los diputados italianos aprobaron anoche definitivamente la ley sobre fecundación asistida, que tiene una importante inspiración católica y es una de las menos permisivas de Europa, según sus detractores. La legislación prohíbe la fecundación heterogénea, es decir, por una persona exterior a la pareja o la de aquellas mujeres que vivan solas. También prohíbe la fecundación postmortem y en parejas homosexuales.
La ley prevé la creación de un máximo de tres embriones para cada mujer. Los embriones deben ser implantados obligatoriamente y, además, no autoriza a las mujeres a cambiar de opinión ni a renunciar a la implantación de uno de los embriones.
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277 votos a favor y 222 en contra
El voto de los diputados se llevó a cabo de forma secreta. Un total de 277 se pronunciaron a favor, 222 en contra y tres se abstuvieron, según el balance suministrado por la Cámara de Diputados. Los senadores aprobaron el proyecto el pasado 10 de diciembre por 169 votos a favor, 90 en contra y 5 abstenciones.
Esta medida ha generado el enfrentamiento entre laicos y católicos en el seno del Parlamento, donde miembros de la oposición han votado dentro de la mayoría y viceversa.
Italia se convierte así en el único país que dispone de una ley en este ámbito que prohíbe la fecundación heterogénea, a diferencia principalmente de España, Reino Unido, Alemania o Austria.