Casi una semana después de que Carmen Cervera se anotara una victoria en el pulso que mantiene con Alberto Ruiz-Gallardón por la remodelación del eje Prado-Recoletos, al lograr que el alcalde de Madrid reabriera el periodo de alegaciones sobre la polémica reforma, ahora se ha sabido que la Fundación Thyssen-Bornemisza taló siete árboles y trasplantó otros 47 en 2002 para habilitar la zona donde se construyó un aparcamiento subterráneo, según informa la Cadena SER.
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En febrero de 2002, la Fundación Thyssen solicitó al Ayuntamiento de Madrid licencia para la realización de unas obras de ampliación del museo, especificando en el escrito pertinente que pedía autorización "para la realización de los trabajos de trasplante y/o poda de los árboles afectados por las obras de demolición parcial para la futura ampliación del museo".
En el documento dirigido al departamento de Parques y Jardines, los responsables del museo incluyeron un informe detallado en el que explicaban que debían trasplantar 47 árboles y talar siete. El consistorio madrileño envió a un grupo de técnicos a verificar los datos, concluyendo que serían 54 los árboles que se verían afectados y que todos, excepto siete, se encontraban en perfecto estado, coincidiendo en que 47 especies podían ser trasplantadas y las siete restantes taladas.
Finalmente, el 4 de abril de 2002, el departamento de Medio Ambiente del Ayuntamiento de Madrid dio la autorización a la Fundación Thyssen-Bornemisza para la ejecución de los trabajos solicitados, siete talas y 47 trasplantes, especificándose claramente que antes de acometerlos, y en cumplimiento de la legislación vigente, debería entregar al "patrimonio arbóreo de la ciudad" 213 árboles, entre plátanos y castaños con perímetros de entre 14 y 16 centímetros, para ser "depositados en los viveros municipales previamente al apeo (tala) de los árboles autorizados".
Reacciones del Ayuntamiento
La concejala de Medio Ambiente de Madrid, Paz González, ha afirmado hoy que "parece contradictorio e incluso incongruente" que la baronesa Thyssen haya criticado tan insistentemente el plan de reforma del eje Prado-Recoletos cuando la ampliación del museo Thyssen-Bornemisza ya supuso la tala de varios ejemplares. "Lo que me produce más lástima es que quizá los árboles del paseo de Recoletos se hayan podido utilizar como excusa y que el interés que se ha perseguido por algunas personas no es realmente el medioambiental o el de la protección del arbolado", ha declarado González.
González ha asegurado que, en vista de que el permiso se tramitó en el anterior mandato municipal, al Ayuntamiento "no le queda más que, para mayor transparencia ante la opinión pública" revisar el expediente para comprobar que la autorización del Consistorio "cumplió estrictamente con la normativa municipal" y que se han cumplido las condiciones que se impusieron para compensar los árboles talados y trasplantados.
En este punto, la concejala de Medio Ambiente de la capital ha hecho hincapié en que "el mayor interés" del Gobierno local es "que no quede la menor sombra de duda de que el Ayuntamiento establece los mismos criterios cuando los promotores son personas o entidades privadas que cuando son administraciones o entidades públicas".