El Gobierno francés va aprovechar el 1 de diciembre, día mundial de la lucha contra el SIDA, para poner millones de preservativos al alcance de toda la población. La idea es que usar el preservativo se convierta “en un acto reflejo”, en palabras de Xavier Bertrand, ministro de Sanidad, en el diario Le Figaro.
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Para ello se ha previsto que más de 20.000 puntos de venta despachen preservativos a un precio casi simbólico: 20 céntimos. Y para que el precio no haga que escaseen, habrá disponibles más de 10 millones de ellos. Este plan es la generalización de un plan piloto que había estado limitado a algunas zonas, y que ahora se extiende a todo el país, empezando por los institutos y siguiendo por cines, discotecas u hospitales.
Los quioscos despacharán por su parte bolsas de cinco preservativos a un euro cada una, y en las farmacias se podrán adquirir por el mismo precio, pero en unidades sueltas.